18 octubre 2017
Cuando una piel tiene tendencia a la sequedad y es muy reactiva, hay muchas posibilidades de que sea una piel sensible.
El enrojecimiento es uno de los síntomas de este tipo de pieles y normalmente es debido a una fragilidad capilar. Cuando los capilares sanguíneos son finos y frágiles, tienden a dilatarse y a ser más permeables, por lo que se originan fenómenos inflamatorios en el interior de la piel.
La piel sensible no presenta un escudo compacto, ya que muestra una barrera cutánea deficiente y permeable, lo que permite que los agentes irritantes penetren con facilidad. Esta barrera insuficiente permite, además, la evaporación del agua de la piel, lo que contribuye a que se deshidrate y seque con facilidad.
Hay diferentes factores que pueden favorecer y empeorar este tipo de pieles como la exposición al sol, frío, el estrés, la contaminación, el envejecimiento, etc. Este tipo de pieles suelen estar asociadas a afecciones cutáneas específicas como la rosácea, dermatitis, etc. Si tienes algún tipo de problema de piel, no dudes en contactar con la Clínica Arruabarrena en Donostia-San Sebastián, tenemos tratamientos para ayudar a las pieles sensibles.